El Dr. Juan Francisco Lorenzo, jefe de sección de Medicina Interna del Hospital de Burgos y socio de Sanidad Pública Sí, escribe hoy en su columna semanal en Diario de Burgos un ilustrativo artículo de opinión sobre lo que acontece en el HUBU.
El HUBU
En 2012 se inauguró, y en 2017 seguimos manifestándonos por las calles, como sucedió hace 2 días, pidiendo que el HUBU sea de una vez por todas y antes de que nos arruine definitivamente, un Hospital público al 100%.
Los que lo construyeron también lo pidieron: primero plantearon una reforma del Yagüe y luego, al comprobar la que se les vino encima en manifestaciones ciudadanas, se apuntaron al carro haciendo como que ellos también querían un nuevo hospital. Y hasta les creímos, pero no sabíamos el as que guardaban en la manga en forma de supernegocio con una connivencia mal disimulada entre políticos y empresarios del mismo corte, para construir una obra faraónica para mayor gloria de algunos y empobrecimiento de las arcas públicas de todos. Y ahí siguen, afirmando que lo que se hizo se hizo bien, ocupando sillones que utilizan para encubrir cualquier intento de aclarar los procedimientos utilizados y para evitar cualquier forma de saber la verdad sobre lo que se hizo porque es mejor que no se conozcan los hechos.
Pues conviene que sepan que aunque el rodillo político es contundente el clamor ciudadano lo es aún más, porque tiene eco, y ese eco seguirá demandando que se sepa la verdad y, se podrá tardar más o menos en saberlo, pero que no tengan dudas de que al final se sabrá.
El HUBU, además, tiene dos versiones: la oficial y la real. La oficial, muere de éxito: todo funciona de maravilla, las listas de espera están controladas, se investiga más que en USA, los datos estadísticos muestran la máxima eficiencia, las jefaturas se otorgan por procedimientos trasparentes, y los órganos de asesoramiento de la dirección como la Junta Técnico Asistencial y la Comisión Mixta avalan todo esto.
En vida real las cosas cambian: hay un desencanto manifiesto entre muchos profesionales, las estadísticas se manipulan, las listas de espera se disparan, hay consultas con una demanda inaceptable, las jefaturas se otorgan en procedimientos manipulados y los órganos de asesoramiento o no se convocan o se convocan con asuntos irrelevantes.
El día que conozcamos toda la verdad, aparecerá la oportunidad esperada: un Hospital público con un proyecto creíble y trasparente, al servicio de todos.
Juan Francisco Lorenzo
Diario de Burgos, 25 marzo 2017
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SPSI Y EL HUBU